
El 21 de abril de 1946, domingo de Pascua, un año después de la independencia y año del centenario del martirio de San Andrés Kim Tae-Gon. Se fundó la Congregación de los Bienaventurados Mártires Coreanos por el padre Leo Bang Yu-Ryong, junto con Teresa Yoon Byeong-Hyeon y Mary-Teresa Hong Eun-Soon, quienes se encontraban bajo su enseñanza, y preparándose desde hacia algún tiempo en la parroquia de Kaesong.
Convirtiéndose así, en la “primera congregación religiosa fundada en Corea” e instituida por un fundador coreano para vivir el espíritu de los mártires coreanos y adaptada a la mentalidad de los coreanos.
No mucho después de la fundación de la congregación, la situación política causada por el régimen comunista se volvió grave, por lo que la congregación tuvo que salir de la parroquia en Kaesong, trasladando así la casa general a Cheong Pa-Dong en Seúl, en marzo de 1950.
A pesar de la dificultad financiera de la congregación por la independencia, el padre Bang Yu-Ryong confiando en la Palabra de Dios: "Busquen primero el reino de Dios y su justicia (Mt 6,33)" se dedicó a formar a las hermanas con la espiritualidad propia de la congregación con el “Chom-Song, Chim-Muk, De-Wol y Myon-Jyong Mu-A”.
Al aumentar el número de los miembros, la congregación se ha expandido a muchos países alrededor del mundo, primeramente, Osaka, Japón en 1967. En el 2007, se establecieron las Provincias de Daejeon y Suwon marcando “un nuevo comienzo con el espíritu del fundador” y “contribución a la evangelización del mundo entero a través de la madurez espiritual, el vacío de sí mismo y la formación de una comunidad fraterna". En el 2009, se estableció la Delegación de América (Actual Cuasi Provincia de las Américas).
Aunque la congregación en un principio comenzó como una congregación religiosa dirigida para los coreanos. El carisma de la Congregación es un regalo para la Iglesia Universal, recibiendo por ello la aprobación pontificia de la Santa Sede el 20 de septiembre de 2021, en la solemnidad del sacerdote San Andrés Kim Tae-Gon y San Pablo Cheong Ha-Sang y sus compañeros mártires, renaciendo como una “Congregación pontificia”.